(Santos Disépalo 1934)

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé
En el quinientos seis y en el dos mil también
Que siempre ha habido chorros, Maquiavelos y estafados,
Contentos y amargados, Valores y dobles.

Pero que el siglo veinte es un despliegue
De maldad  insolente ya no hay quien lo niegue
Vivimos revolcados en un merengue
Y en el mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
Ignorante, sabio, chorro, pretencioso, estafador.
Todo es igual,  nada es mejor
Lo mismo un burro que un gran profesor.

No hay aplazaos, ni escalafón; los inmorales nos han igualado.
Si uno vive en la impostura y otro afana en su ambición,
Da lo mismo que si es cura, colchonero,

rey de bastos, caradura o polizón.

Que falta de respeto, que atropello a la razón;
Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón.
Mezclaos con stavisky, van don bosco y la mignón,
Don chicho y napoleón, carnera y san martín.

Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches
Se ha mezclado la vida, y herida por un sable sin remaches
Ves llorar la Biblia contra un calefón.

Siglo veinte, cambalache problemático y febril.
El que no llora, no mama y  el que no afana es un Gil.
Dale nomás, dale que vá
Que allá en el horno nos vamos a encontrar.
No pienses mas, sentate a un lado,
Que a nadie importa si naciste honrado.

Que es lo mismo el que labura
Noche y día como un buey,
Que el que vive de los otros,
Que el que mata o el que cura
O esta fuera de la ley.